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Omarela de Pablos. 7 de junio de 2019. www.elestimulo.com Revista Climax
Las melodías del arpa, el cuatro y la maraca trascienden en armonías contemporáneas del jazz y el estilo refinado de la música clásica, a través de las piezas de Prisca Dávila. Gracias a su destreza con el piano, las composiciones tradicionales venezolanas recorren el mundo
Aún cuando el piano no es un instrumento tradicional de la música venezolana, Prisca Dávila logra interpretar temas de compositores criollos mediante las formas, matices y técnicas de la música académica, y el poder de la improvisación del jazz. Estos tres géneros musicales resuenan en su hogar desde su niñez, incluso, antes de nacer.
“Mi nombre es Prisca Ocarina, porque mi papá dice que en el vientre de mi madre me movía con la ocarina, una flauta. Así que desde temprano tuve aspiraciones artísticas. En mi casa siempre se hacían jazz sessions, iban amigos de mi papá como Ilan Chester y yo quería tocar eso también”, indica Dávila.
El piano, un espacio lúdico durante su niñez, se convierte en la pasión y destino de la compositora venezolana. A pesar que desde sus cinco años inician sus estudios en la música, empieza una carrera formal con este instrumento y el canto lírico tres años más tarde. Luego, entra en el conservatorio Prudencio Esáa y recibe clases del maestro Gerry Weil.
Una vez que Dávila descubre su lenguaje musical, basado en la fusión de los géneros tradicionales venezolanos con el jazz y la academia, decide sacar su primer álbum titulado Piano jazz venezolano en el 2003. A partir de ese momento, con seis discos más, expande su música a nivel internacional en conciertos y festivales como LulaWorld en Canadá (2017), XVIII Edición Festival Culturamérica en Francia (2010) y Casa de Teatro Jazz Festival en Santo Domingo (2007), entre otros.
Durante su formación, la relación de la pianista y su hermana, Marieva Dávila, se fortalece gracias a la música. Sus últimos dos discos, Un piano, dos hermanas (2014) y Travesía-Canciones de Latinoamérica (2017), son prueba de ello. “Es muy lindo poder tener proyectos en conjunto, conciertos, discos y la creación del método de enseñanza musical online Prisma”, asegura Dávila, quien también es una apasionada por enseñar música a jóvenes.
Para Dávila tocar el piano se traduce en transmitir luz. No solo dedica su carrera a la interpretación de otras obras sino también a la composición. “Últimamente mi inspiración ha sido mi hijo de cuatro años, el embarazo, sus juegos y ocurrencias”, comenta. La situación actual que enfrenta el país no escapa de ser otra musa. “Esperanza” uno de sus temas más recientes lo compuso el pasado 23 de enero, día en que se juramentó Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela.
“Siempre me conecto con lo que vivo, con el amor, la esperanza, los valores, el respeto, una historia, unos debe conectarse con lo que vive para dejar una reflexión”, concluye Dávila